Cuando dos personas que tenían una relación rompen toca
hacer inventario de propiedades y reflexiones y volver a pensar en singular.
Los recuerdos en conjunto conviene guardarlos por separado,
hablar en primera persona sobre las experiencias conjuntas y enfrentarse a la
nueva realidad: vuestros rincones no dejan de ser una intersección de dos
calles cualquiera, su calle es una división entre edificios y los lugares a los
que solíais ir simplemente son negocios
que cerrarán si las cosas no van bien, al margen de lo que hayan guardado sus
paredes.
Una ruptura es la oportunidad de hacer limpieza, de tirar lo
que te sobra y deshacerte de lo que te molestaba; tanto de sus defectos como de
tus malos hábitos. Ahora puedes hacer borrón y cuenta nueva.
Sin embargo, hay cosas que no podrás afrontar por ahora,
como repartiros los amigos comunes, esos que no saben dónde meterse porque sienten
que os traicionan y es tu obligación no tomártelo como una guerra fría. También
es doloroso tener que recordar la situación cuando algún conocido te pregunte
por él sin saberlo y tengas que decirle que ya se acabó y, lo peor de
todo, pretender huir lo más lejos que puedas
de donde sabes que estará; tan lejos que te lo encuentres, porque él está
haciendo lo mismo, y no sepas ni si saludarle o girarle la cabeza porque ya no
sabes estar en su presencia ni tienes ganas de saber de su vida.
Pero tranquila, que todo se pasa. Algún día te acostarás
totalmente exhausta de tanto llorar su ausencia y a la mañana siguiente, cuando
el autobús te deje bajo su casa al volver de tu nuevo trabajo, pasarás pensando
en la prisa que llevas y no te dará tiempo a pensarle. Otro día encontrarás una
vieja foto de los dos y, lejos de dolerte, te reirás de la cara que pusiste. Y
quizás al día siguiente coincidas con su familia, les preguntes como están y no
te acuerdes de él. Y así, poco a poco, con un poco de suerte, desaparezca por
completo de tu vida y no le necesites nunca más. Cuando te des cuenta que ese
día ya había pasado y que llevas tiempo respirando como quieres, habrás
superado lo complicado de separarse y compartir la ciudad.
Por Laura. Algún día tú
también volarás a donde quieras
No hay comentarios:
Publicar un comentario