-¿Qué te pasa Corazón que estás tan inquieto?
-¿No te has enterado Cerebro? ¡Nos hemos enamorado!
-¿Aquí? ¡Qué dices!
-¡Que si, que lo sabe todo el mundo! He hablado con tus amigos y me han dicho lo mismo
-Anda ya, no digas tonterías
-Ay, ¿y por qué te crees q estoy tan nervioso?
-¡Ya está bien Corazón! ¡Siempre estás igual! ¡ No te puedo dejar solo! En cuanto me distraigo y te doy un poco de independencia vas y te enganchas de cualquiera y lo malo no es eso sino que me lías a mi también en tus mierdas, ¿no ves que en ese edificio que dices que quieres no te contesta nadie?
-Bueno, porque se habrán ido de vacaciones, yo espero
-¡Que no! ¡Que no hay nadie para nosotros ahí dentro! ¡Que estás gritándole a alguien que no te escucha! Nos estás haciendo daño a todos aquí dentro por tu estúpida cabezonería
-Ey ey, a mi no me riñas que el cerebro de todo esto eres tú
-Pues más razón para que me hagas caso: te he dicho mil veces que antes de opinar si quiera me preguntes pero tú nada, tú siempre haces lo que te da la gana sin pensar en las consecuencias, nos metes a todos en un follón innecesario y pretendes que seamos los demás los que lo solucionemos porque tú “no estás aquí para pensar”. Si no estuvieras ahí abajo, tan cerca de las tripas, que os aliáis los dos y no veis las cosas con claridad….
-Ah, claro, la culpa es mía por tener sentimientos ¿no? ¡Si por ti fuera todo el edificio sería un bloque de hielo y no se podría vivir! Ah no, espera, que ya somos así, que nos tienes a todos limitados, con la cuerda bien corta, no nos das libertad para nada que no supervises tú primero
-Pues gracias a que os controlo no hemos tenido más de un disgusto, y con eso y con todo mira cómo estamos de enfermos, que no puedo estar pendiente de todos los problemas que tenemos fuera, de cuidar de ti y además estar sanos, ¡no doy abasto!
-¿Estamos enfermos por mi culpa? Pero si yo estoy bien
-¿Bien dices? Tú no te has visto: estás hecho polvo de los golpes que te estás dando contra la pared pero como no piensas y te da igual todo… y todos en el resto del edificio estamos también enfermos porque ha habido demasiado trabajo de golpe y los virus han acabado entrando pero anda, en vez de discutir ayúdame un
poquito: estate lo más quieto que seas capaz y dame tiempo para arreglar el follón en el que nos has metido y más te vale que no tarde mucho tiempo en curarnos de salud y de tu enamoramiento sin opciones. Ah, y prométeme que la próxima vez me preguntarás antes de hacer nada parecido
-Pero, Cerebro, entonces… ¿cuándo nos va a querer alguien?
-No lo sé Corazón, pero pórtate bien y no me la juegues así, que aún nos quedan muchos años juntos todavía
-¿No te has enterado Cerebro? ¡Nos hemos enamorado!
-¿Aquí? ¡Qué dices!
-¡Que si, que lo sabe todo el mundo! He hablado con tus amigos y me han dicho lo mismo
-Anda ya, no digas tonterías
-Ay, ¿y por qué te crees q estoy tan nervioso?
-¡Ya está bien Corazón! ¡Siempre estás igual! ¡ No te puedo dejar solo! En cuanto me distraigo y te doy un poco de independencia vas y te enganchas de cualquiera y lo malo no es eso sino que me lías a mi también en tus mierdas, ¿no ves que en ese edificio que dices que quieres no te contesta nadie?
-Bueno, porque se habrán ido de vacaciones, yo espero
-¡Que no! ¡Que no hay nadie para nosotros ahí dentro! ¡Que estás gritándole a alguien que no te escucha! Nos estás haciendo daño a todos aquí dentro por tu estúpida cabezonería
-Ey ey, a mi no me riñas que el cerebro de todo esto eres tú
-Pues más razón para que me hagas caso: te he dicho mil veces que antes de opinar si quiera me preguntes pero tú nada, tú siempre haces lo que te da la gana sin pensar en las consecuencias, nos metes a todos en un follón innecesario y pretendes que seamos los demás los que lo solucionemos porque tú “no estás aquí para pensar”. Si no estuvieras ahí abajo, tan cerca de las tripas, que os aliáis los dos y no veis las cosas con claridad….
-Ah, claro, la culpa es mía por tener sentimientos ¿no? ¡Si por ti fuera todo el edificio sería un bloque de hielo y no se podría vivir! Ah no, espera, que ya somos así, que nos tienes a todos limitados, con la cuerda bien corta, no nos das libertad para nada que no supervises tú primero
-Pues gracias a que os controlo no hemos tenido más de un disgusto, y con eso y con todo mira cómo estamos de enfermos, que no puedo estar pendiente de todos los problemas que tenemos fuera, de cuidar de ti y además estar sanos, ¡no doy abasto!
-¿Estamos enfermos por mi culpa? Pero si yo estoy bien
-¿Bien dices? Tú no te has visto: estás hecho polvo de los golpes que te estás dando contra la pared pero como no piensas y te da igual todo… y todos en el resto del edificio estamos también enfermos porque ha habido demasiado trabajo de golpe y los virus han acabado entrando pero anda, en vez de discutir ayúdame un
poquito: estate lo más quieto que seas capaz y dame tiempo para arreglar el follón en el que nos has metido y más te vale que no tarde mucho tiempo en curarnos de salud y de tu enamoramiento sin opciones. Ah, y prométeme que la próxima vez me preguntarás antes de hacer nada parecido-Pero, Cerebro, entonces… ¿cuándo nos va a querer alguien?
-No lo sé Corazón, pero pórtate bien y no me la juegues así, que aún nos quedan muchos años juntos todavía
