martes, 1 de junio de 2010

Principio del fin


Ya verás cómo me olvidas,
y te encuentro en cualquier bar
pegando saltos de alegría,
y me dices que lo nuestro
no era lo que merecías,
seré cosas que se cuentan,
vueltas de la vida.

-Diego Cantero (Funambulista): "Ya verás"-



Y como empezó se acabó la historia. Fue sin avisar, muy despacio, sin darnos cuenta.

No sé cómo nos conocimos, quién nos presento o cuándo charlamos por primera vez, igual que tampoco tengo recuerdos antes de ti: aquel viaje al norte, la anécdota del bosque, las barbacoas en verano o las tardes de invierno en una cafetería siempre eran la excusa para recordar historias en las que ya aparecíamos. Supongo que tras tanto tiempo alguna vez nos quedamos solos y la fuerza de la costumbre evitó los rumores entre la gente; nadie nos preguntaba y no había etiquetas entre nosotros, solo éramos tú y yo, sin compromisos, ni daños, ni obligaciones; yendo a voluntad, pero si uno faltaba la pregunta “dónde está” era inevitable aunque no siempre íbamos a los mismos sitios; quizás aquella vez que no pudiste acompañarme o cuando tarde tanto en regresar nos llevaron a otros planes: yo quedé con alguien que hacía tiempo que no veía y tú trabajabas al día siguiente, cuando me recupere del resfriado tenías una comida familiar, y mientras esperábamos a volver al equilibrio se nos pasó el tiempo, cambió nuestra rutina y los horarios: tú de noche y yo de mañana, tú con tus pasiones y yo con mi familia. Llegó el verano y los cumpleaños, ambos hasta arriba no nos llamamos y se nos olvidó la falta y así ahora miro hacia atrás y no recuerdo cuándo dejamos de querernos, cuándo se acabo lo que tanto tiempo fue y cuándo empezamos a aparecer en otras vidas.
Esta mañana me encontré a nuestros amigos. Me preguntaron por nosotros. No supe qué decirles…