martes, 31 de agosto de 2010

Lecciones de jardinería



- ¿Que trabajas con ---? ¡si es uno de mis mejores amigos!
¡nos conocemos desde que éramos pequeños!

- Entonces sabrás que está muy tocado

- Ah, ¿si? ¿Qué le ha pasado? Hace muchos meses que no sé nada de él


(¡Qué fácil es dejar pasar el tiempo y pretender que una amistad se congele sin estropearse!)



¿Tú me ves con cara de planta? porque no lo soy, no basta con regarme y esperar q este siempre bonita y con flores.

Las relaciones humanas en general y las amistades en particular son vínculos vivos entre las personas: para q existan hay que poner una primera semilla en un ambiente propicio y vigilar q crezca bien, que no le salgan malentendidos alrededor, que le dé el aire que corre cuando no se agobia a una persona; debe llegarle la luz del afecto y hay que estar pendiente de podar los conflictos y de reforzarla en sus puntos débiles con una tarde para recordar o, si el tallo está muy débil hay q tratarla con una escapada de fin de semana y siempre, siempre, dependiendo si es una planta mas autosuficiente o más introvertida, regarla más o menos frecuentemente con llamadas y pequeñas charlas. Es la mejor manera de que cuando la mires puedas ver una plantita hermosa y amigable, de la que estar orgullosa. Lo que no puedes es tenerla en una esquina del teléfono creyendo que como no se queja puedes pasar de ella y pretender que crezca sola o q con unas gotas de un “qué tal” prefabricados a base de alarmas de cumpleaños se mantenga viva por su cuenta. Igual un día la miras y ves q le han salido espinas de rechazo o quizás sigue viva pero con flores de otro color; quizás la está cuidando otro jardinero que sepa disfrutar esa amistad o tal vez este muerta porque era una amistad de vida corta y ni siquiera la intentaste disfrutar.