martes, 23 de noviembre de 2010

Un trabajo como otro cualquiera

No tardó mucho aquella llamada con un encargo: -“son los días... , ya tienes los billetes”

Llega la fecha de partir y toca madrugar, desayuno ligero, impresos para viajar, cargar el equipo y preparar la bolsa de viaje: neceser, dos pantalones, tres camisetas, una sudadera y ropa interior. Documentación, algo de lectura, teléfono y a esperar el autobús. El taxi llega al aeropuerto con tiempo de sobra. Primer control: -“buenos días, pase por aquí, deje lo metálico en la bandeja, todo en orden, gracias” Buscar la puerta y esperar. Esperar. Leer un poco y esperar aún más, como el resto de desconocidos que también esperan. -“Pasajeros del vuelo…., preparen las tarjetas de embarque. -"¿Su tarjeta, por favor?, gracias”. Instrucciones a bordo -“Saludos de la tripulación, ¡esperamos que tenga usted un feliz vuelo!”. Mirar alrededor y ver que va lleno. Esperar. Esperar. Dormir un poco -“¿desea algo de la tienda, señor?” Esperar. -“No desabrochen los cinturones hasta que el avión se detenga, gracias por su elección” Salir del aeropuerto y buscar un taxi -“¿A dónde?” -“Hotel...”

Llamada de teléfono: -“ya estoy aquí” -“Muy bien, nos vemos en... “ -“Hola, ¿qué tal el viaje?” -“Todo bien, ¿dónde me pongo?” -“Tienes vía libre, tú eres el experto”
Montar el sitio y esperar a que llegue la hora. El público aparece; abundantes caras, todas desconocidas. -“¿Molesto aquí?”, -“¿Sabe dónde es?” -“Ay perdón, lo siento” -“Gracias”
Esperar. El hombre de luz permanece imperturbable; está trabajando. Hoy no le toca disfrutar y espera a que todo vaya transcurriendo con normalidad.
Últimos minutos y se termina. Parece que lo han pasado bien. Toca recoger el equipo. -“¿Lo tienes todo?” Vamos a cenar -“¿Tú qué tomas?”

-“¡Taxi!” -“¿A dónde?” -“Al hotel...” -"Buenas noches, la llave número…”
-“¿A qué hora salimos mañana?” -“Muy temprano, a las...”
-“Nos vemos una hora antes, ¡buenas noches!”
Ducha en la habitación en silencio
Esperar a que venga el sueño con la esperanza de descansar.

Desayunar aún sin espabilar. Equipo, maletas y a la furgoneta. Una cabezada.
Llegar a... Misma operación del día anterior...cenar tarde en el hotel, que duerme en silencio esperando que la vida amanezca de nuevo.

Despertar temprano, ducha y esperar al desayuno. Recepción nos pide un taxi al aeropuerto: -“esperad unos minutos”

Punto de control, despedida conjunta, -“te llamo cuando llegue”
Llegada a la puerta de embarque y esperar al vuelo.
-“Tenga Ud. un feliz vuelo”

-“¡Taxi!” -“¿A dónde?” -“A casa”. Esperar durante el trayecto de vuelta.
El móvil recibe una llamada perdida (ya habrán llegado) y manda otra de vuelta (todo en orden)

Ahora a esperar al siguiente viaje...

Y así sucesivamente...

Siempre esperando...

Alguien tiene que quedarse a esperar...

Esperar a que todo transcurra con normalidad...

...
...
...

-“¿Qué tal el fin de semana?” -“Bastante ajetreado: sin tiempo casi y muy movido. Mucha gente, pero pocas personas”

miércoles, 27 de octubre de 2010

Borrando el rastro


Evitar encontrarte en la misma ciudad

Charlar con tus amigos sin decir tu nombre

Quedar con mis amigas temiendo que me pregunten por ti

Visitar a tu familia cuando tú no estas

......
...

El problema de ser parte de tu vida pero sin derecho a tenerte




domingo, 3 de octubre de 2010

Reflejo en el vagón


Tienes los ojos tristes, igual q el día, que llora cuando mira al cielo.
Tal vez sean por un amor roto, un duro adiós o una mala noticia.
Puede que temas un principio, que te cueste seguir tu camino o que te apene estar tan sola.
No te conozco, no sé quién eres más allá del reflejo que me devuelve el cristal de tu vagón pero te miro y veo mi propia imagen.
Nos hemos cruzado al salir del tren y al verme has sonreído, quizás porque hoy yo también te recuerdo a ti.

martes, 31 de agosto de 2010

Lecciones de jardinería



- ¿Que trabajas con ---? ¡si es uno de mis mejores amigos!
¡nos conocemos desde que éramos pequeños!

- Entonces sabrás que está muy tocado

- Ah, ¿si? ¿Qué le ha pasado? Hace muchos meses que no sé nada de él


(¡Qué fácil es dejar pasar el tiempo y pretender que una amistad se congele sin estropearse!)



¿Tú me ves con cara de planta? porque no lo soy, no basta con regarme y esperar q este siempre bonita y con flores.

Las relaciones humanas en general y las amistades en particular son vínculos vivos entre las personas: para q existan hay que poner una primera semilla en un ambiente propicio y vigilar q crezca bien, que no le salgan malentendidos alrededor, que le dé el aire que corre cuando no se agobia a una persona; debe llegarle la luz del afecto y hay que estar pendiente de podar los conflictos y de reforzarla en sus puntos débiles con una tarde para recordar o, si el tallo está muy débil hay q tratarla con una escapada de fin de semana y siempre, siempre, dependiendo si es una planta mas autosuficiente o más introvertida, regarla más o menos frecuentemente con llamadas y pequeñas charlas. Es la mejor manera de que cuando la mires puedas ver una plantita hermosa y amigable, de la que estar orgullosa. Lo que no puedes es tenerla en una esquina del teléfono creyendo que como no se queja puedes pasar de ella y pretender que crezca sola o q con unas gotas de un “qué tal” prefabricados a base de alarmas de cumpleaños se mantenga viva por su cuenta. Igual un día la miras y ves q le han salido espinas de rechazo o quizás sigue viva pero con flores de otro color; quizás la está cuidando otro jardinero que sepa disfrutar esa amistad o tal vez este muerta porque era una amistad de vida corta y ni siquiera la intentaste disfrutar.


martes, 1 de junio de 2010

Principio del fin


Ya verás cómo me olvidas,
y te encuentro en cualquier bar
pegando saltos de alegría,
y me dices que lo nuestro
no era lo que merecías,
seré cosas que se cuentan,
vueltas de la vida.

-Diego Cantero (Funambulista): "Ya verás"-



Y como empezó se acabó la historia. Fue sin avisar, muy despacio, sin darnos cuenta.

No sé cómo nos conocimos, quién nos presento o cuándo charlamos por primera vez, igual que tampoco tengo recuerdos antes de ti: aquel viaje al norte, la anécdota del bosque, las barbacoas en verano o las tardes de invierno en una cafetería siempre eran la excusa para recordar historias en las que ya aparecíamos. Supongo que tras tanto tiempo alguna vez nos quedamos solos y la fuerza de la costumbre evitó los rumores entre la gente; nadie nos preguntaba y no había etiquetas entre nosotros, solo éramos tú y yo, sin compromisos, ni daños, ni obligaciones; yendo a voluntad, pero si uno faltaba la pregunta “dónde está” era inevitable aunque no siempre íbamos a los mismos sitios; quizás aquella vez que no pudiste acompañarme o cuando tarde tanto en regresar nos llevaron a otros planes: yo quedé con alguien que hacía tiempo que no veía y tú trabajabas al día siguiente, cuando me recupere del resfriado tenías una comida familiar, y mientras esperábamos a volver al equilibrio se nos pasó el tiempo, cambió nuestra rutina y los horarios: tú de noche y yo de mañana, tú con tus pasiones y yo con mi familia. Llegó el verano y los cumpleaños, ambos hasta arriba no nos llamamos y se nos olvidó la falta y así ahora miro hacia atrás y no recuerdo cuándo dejamos de querernos, cuándo se acabo lo que tanto tiempo fue y cuándo empezamos a aparecer en otras vidas.
Esta mañana me encontré a nuestros amigos. Me preguntaron por nosotros. No supe qué decirles…

martes, 6 de abril de 2010

Vacía



Tú, que fuiste mi alegría y también mi perdición. Que contigo fui feliz y desgraciada a la vez. Me enseñaste a reír y disfrutar como niña pequeña y por tí lloré como nunca por nadie. Te debo tanto y a la vez te lo reprocho…. porque a tu lado todos los sentimientos, los buenos y los malos eran naturales, no me importaba enseñarlos y disfrutarlos o sufrirlos porque estabas ahí tú para verlo pero hoy que estoy aquí, junto a mi sombra, en la soledad que me dejaste hace tiempo, cuando elegiste marcharte y yo conseguí olvidarte, veo que también perdí recuerdos: ya no sé qué es estar dolida, ni celosa, ni traicionada; pero tampoco me alegro por las victorias; no me emociona un final feliz, ni me estremezco con la brisa del mar que huele a tí. Las canciones que cantábamos ahora sólo son palabras con música que no significan nada y al mirar nuestras fotos, las que hicimos en momentos que nunca debíamos olvidar, sólo veo dos personas una al lado de otra. Tengo acorazado el corazón; me vacunaste de la pena, la angustia y el miedo, pero me hiciste inmune a la felicidad. Puede que sea tu peor obra o también la mejor, depende del lado que se mire pero tranquilo, que no te odio ni te quiero por eso; ya no siento nada.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Solos


Me desperté en silencio con los rayos del sol de la calle. Miré a mi lado, buscándote en la almohada pero no estabas allí. Me levanté a desayunar y no encontré pistas tuyas en la cocina; tampoco anoche viniste a cenar y no había llamadas ni mensajes tuyos en el móvil.

Mientras pensaba qué hacer en mi día libre (aunque en la oficina últimamente parece que están de vacaciones porque no va nadie a trabajar), anduve por la casa en silencio, sólo se oía el crujir de mis pasos en el suelo porque no había nadie más. Me paré delante de tu estudio a observar tus cosas, esas que nunca supe sus nombres porque no te pregunté para qué servían.

Salgo fuera, a pasear y veo calles que no sé a dónde conducen porque nunca he tenido interés en ir por ellas. Me paro en edificios que ignoro cuáles son porque nunca me interesé por su historia. Veo luces y sombras que recuerdan sitios lejanos que no he visitado.



Sigo caminando por mi ciudad, por la única que conozco porque nunca me interesó probar otra, sola; no me cruzo con nadie ni se oyen ruidos de coches. Miro alrededor y no hay gente, tan sólo unas manchas grises que, sólo si te fijas con atención ves que son personas, pero están todas en silencio; son sombras que se mueven mirando al suelo, buscando el punto donde dar el siguiente paso. Entre algunas de ellas se me antoja ver alguna cara conocida, ver un rastro de ti; son las veces que alguien quiso ir junto a nosotros pero que no hicimos el esfuerzo por retener, personas que una vez fueron importantes y que no mantuvimos, amigos que compartieron vivencias y que al final acabaron lejos. Tú también debes ser uno de esos recuerdos y seguro que también lo soy yo para ti porque, aunque coincidamos en el mismo tiempo y en el mismo lugar no miramos lo que hay más allá, seguimos estando solos.

lunes, 15 de marzo de 2010

Te conocí en una montaña rusa


Partir de 0, del equilibrio del suelo firme; te montas en el vagón sin saber el recorrido.

La atracción empieza a funcionar y tú como si nada, pero hay un punto que lo cruzas y empiezas a subir y subir, ¡cada vez más alto, como si no hubiera fin!; ves el mundo ahí abajo, tan pequeño e insignificante porque tú estás más alto que nadie y sigues subiendo pensando en tocar el cielo hasta que de pronto ya no avanzas más. ¡Clack! algo ha sonado mal, como un crujido y de pronto, sin que nadie te avise sientes vértigo, empiezas a caer, muy, muy rápido y sin poder controlarlo; caes más allá de donde nunca has estado, y aunque sabes que no puedes acabar mal y que sólo es el vagón de una montaña rusa de feria y q cuando acabe el tiempo que dura estarás bien, no puedes evitar pensar que te vas a dar un golpe y quedarte ahí abajo sin que nadie lo evite. Otra vez otro parón, este es más suave y no suena; cuando casi habías tocado el suelo vuelves a subir, la situación mejora y puedes volver a ver el tejado de las casas, pero temes que después de la subida vendrá otra bajada, sin embargo ya no es tan fuerte, cada vez subes y bajas menos distancia, te acostumbras a la sensación y le pierdes el miedo. Después de todo el mal trago terminas llegando al principio, al punto de estabilidad, la zona neutra, ya no sientes nada, todo ha pasado. Te bajas. Ahora elige: puedes volver a montarte o probar en otro sitio, pero ahora ya sabes cómo funciona.

Las relaciones son como esa atracción de feria, sólo cambia la velocidad del corazón.

lunes, 15 de febrero de 2010

Contradicciones

Tener tiempo cuando no hay ganas y mucho que hacer sin más horas en el día
Estar a dos velas cuando te encaprichas de algo mientras cobras sin gastos previstos
Que llueva el día de la escapada o tener buen tiempo cuando solo quieres estar en casa
Enamorarse de quien no te corresponde y no ver a quien se desvive por ti
Querer y no poder o poder sin querer
Ir a la hora de volver y cruzarse a los que fueron cuando venías
Desear lo que no tenemos sin valorar que otros anhelan lo nuestro
Sufrir la felicidad en vez de buscar lo bueno en la desgracia
Inconformistas de la realidad, soñadores del deseo